Un faro de luz muchas veces necesitamos en las tormentas de la vida. Una bella imagen puede ser un faro para el espíritu cuando se está inmerso en la complejidad. Todo se vuelve más simple cuando el pensamiento se aleja, dejando paso a la contemplación tranquila de lo bello. Otras veces es una persona el faro. No hace falta que diga nada. Una presencia en calma puede transmitir calma más que mil consejos. Quizá el faro sea la enseñanza de un Maestro que quedó grabada en la memoria o en alguna agenda, y que en el momento más oportuno vuelve a nuestro encuentro cuando más la necesitamos. A veces, basta con encontrar a alguien que te sonría. A. L. Rotf ¡¡Gracias, Gaby!! Visitá el Blog - Amigo: http://paintingpatagonia.blogspot.com/ Tal vez te interesen sus obras.