Nuestro cuerpo tiene su propia inteligencia,
mas allá de nuestro control cerebral.
Nuestro cuerpo “sabe” lo que necesita;
él nos habla constantemente: tenemos que aprender a escucharlo.
Escuchar al cuerpo
implica no-pensar,
implica sentir.
En la actualidad, la mayoría de las personas
han perdido la capacidad de sentir
sus pies o su espalda, su corazón o su hígado,
a menos que duelan…
Y cuando hablan de relajarse,
identifican este término con desplomarse en un sillón…
aunque luego descubren que eso no alcanza para solucionar
las tensiones acumuladas en forma de contracturas tendino-musculares.
En el Taller de Expresión Corporal
aprehendemos lo que significa relajarse.
Sentir nuestro cuerpo, aprender a relajarlo,
implica un trabajo mancomunado
del mismo cuerpo y de nuestra conciencia.
-Alejandra Rotf -
mas allá de nuestro control cerebral.
Nuestro cuerpo “sabe” lo que necesita;
él nos habla constantemente: tenemos que aprender a escucharlo.
Escuchar al cuerpo
implica no-pensar,
implica sentir.
En la actualidad, la mayoría de las personas
han perdido la capacidad de sentir
sus pies o su espalda, su corazón o su hígado,
a menos que duelan…
Y cuando hablan de relajarse,
identifican este término con desplomarse en un sillón…
aunque luego descubren que eso no alcanza para solucionar
las tensiones acumuladas en forma de contracturas tendino-musculares.
En el Taller de Expresión Corporal
aprehendemos lo que significa relajarse.
Sentir nuestro cuerpo, aprender a relajarlo,
implica un trabajo mancomunado
del mismo cuerpo y de nuestra conciencia.
-Alejandra Rotf -
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