El Mandala Tibetano
es una obra - fruto
de paciencia, concentración,
belleza y desprendimiento.
La finitud e impermanencia se manifiestan
en el momento de terminar
la maravilla artística:
las arenas de colores tan pulcramente vertidas
son finalmente "borradas de un plumazo".
La profunda enseñanza:
no aferrarse a nada,
estar libre de todo.
Hace unos días atrás, los habitantes de un poblado llamado
Yushu, en Tíbet,
han sufrido un tremendo terremoto
que ha arrancado la vida de muchos.
Los sobrevivientes se encuentran en condiciones paupérrimas
y es por eso que aquellos que sientan, quieran y puedan
colaborar con las víctimas,
pueden hacerlo consultando en este link:
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